Gabacho Maroconnection

Gabacho Maroconnection

Una formación vistosa, potente, versátil, que también canta… hecha con instrumentos tradicionales marroquíes, como el guembri, del África Occidental como el n’goni, percusiones africanas y del Magreb, voces, saxofones, teclados, bajo y batería. En el escenario son ocho músicos españoles, marroquíes y franceses, dirigidos por el inconfundible canto y el guembri del maâlem Hamid Moumen. Las composiciones se inspiran en la herencia del gnawa, la música africana, el jazz, el flamenco y en la tradición bereber, trascendiendo estilos y fronteras.

Cada concierto de esta
World-Music-Band se transforma en una verdadera fiesta marroquí.

Gabacho Maroconnection ha actuado en más de 30 festivales en 2014, en España, Francia e Italia y su primer disco BISSARA recibió una acogida excepcional por parte de la prensa española.
Gabacho Maroconnection BissaraAlbum: BISSARA

Chema García Martínez, crítico de jazz de EL País (Junio de 2014), señaló a este grupo como uno de los mejores a destacar entre los muchos que actuaban en los numerosos festivales repartidos por toda nuestra geografía: “Lo que empezó siendo un mero experimento se ha convertido en una realidad musical consolidada. Gabacho Maroconnection reúne a un variopinto plantel de intérpretes franceses, españoles y marroquíes para una música que traspasa fronteras”
Chema García. El País – Junio 2014

“Para incorporar elementos de la música marroquí qué mejor que contar con músicos de esa nacionalidad. Dicho, hecho… y magníficamente conseguido”
Pachi Tapiz. Ruta 66 – Julio 2014

Al principio eran 5, y hacían jazz...

En 2008, el baterista francés
Vincent Thomas decide, con cuatro estudiantes del Conservatorio superior de jazz de San Sebastián, montar Gabacho Connection. El quinteto se proponía interpretar la música de compositores franceses de jazz que se han inspirado en la música africana. Poco a poco, el repertorio creció con temas propios y el primer disco se publicó en 2011, recibiendo una excelente acogida de prensa y público, que se materializó en giras durante 2 años por España, Francia y Ecuador, con presencia en 15 festivales de jazz (San Sebastián, Islas Canarias, Bilbao, Quito, Oloron, Munilla…) y conciertos en centros culturales y clubs de jazz. En esa época, Vincent Thomas, nuestro batería, viaja a Marruecos y descubre su música chaabi y gnawa en el famoso Festival de Essaouira. Empieza ahí la segunda etapa del proyecto con músicos marroquíes.

Y ahora son una banda de world-music de 8 músicos... y más
En El Jadida, pueblo situado a unos 100 km al sur de Casablanca, tuvo lugar el encuentro con tres músicos marroquíes, que invitaron al quinteto a visitarles. En un par de viajes a Marruecos en 2012 se montó el repertorio inicial del nuevo grupo de fusión. Su nombre:
GABACHO MAROCONNECTION. La música es muy diferente, más enfocada al canto, los ritmos de afro-magreb, el trance y el baile de sus ritos tradicionales. Los primeros conciertos en el Instituto Cultural Francés de El Jadida llenaron la sala, poniendo a todo el público a bailar. A principios de 2013, el maalem gnawa Hamid Mounem y el percusionista y cantante Jawad Jadli (músicos marroquíes que viven en Europa) entran en el grupo, acompañados del percusionista afro Fred Faure. El saxofonista y también cantaor flamenco Antonio Lizana sustituyó al trombonista y actualmente él también ha sido sustituido para poder desarrollar sus propios proyectos. Se configura así la plantilla actual de Gabacho Maroconnection, un conjunto de jazz-world de 8 músicos que propone una rica mezcla conectada tanto con Oriente como con Occidente por medio de la música magrebí y unos ritmos y unas melodías que invocan al baile y que respiran espíritu libre. En la línea estética marcada por otros grandes músicos sin fronteras como Joe Zawinul, el bajista Avishai Cohen o el baterista Karim Ziad. El año 2013 sirve para consolidar el grupo en directo con presencia en numerosos festivales y conciertos en Francia y la grabación del disco Bissara.

Los músicos

Hamid Moumen (Canto, guembri)
Nacido en Essaouira (Marruecos),
Hamid debe su formación a grandes maestros de dicha ciudad, especializándose allí en el estudio del guembri, principal instrumento de la tradición gnawa. También ha asistido al Conservatorio de música de Essaouira, estudiando el luth y el solfeo así como el canto gnawa afro-bereber y las percusiones. Su repertorio está basado en la música gnawa y otras tradiciones perteneciendo a la comunidad afro-magrebí de Marruecos hasta Libia. Además de músico profesional es titulado en Historia por la universidad de Ibno Zohr de Agadir. Musicalmente comenzó su carrera a la edad de 18 años como cantante para ceremonias, bodas y fiestas tradicionales. Desde 2009, Hamid ha participado en gran cantidad de conciertos, espectáculos y festivales por Italia, Marruecos, Francia y España.

Jawad Jadli (Percusión, canto)
Nacido en 1978 en Essaouira, cuna de la música tradicional
gnawa, empieza muy joven su carrera profesional como cantante-percusionista. A la edad de 14 años entra a formar parte del grupo Nogom Mogador y algunos años después se une a la orquesta del maestro Asan Abd Laoui, donde profundiza sus estudios sobre la música clásica árabe-marroquí. Al poco tiempo, Jawad recorre las ciudades más grandes del país. En 2004 decide instalarse en Europa, donde ha tocado con varias formaciones como Tariqa, Amineh, Almansur, Salamat y Chemón. Jawad es también profesor de percusiones árabes y marroquíes

Fred Faure (Percusión, n’goni)
Ha estudiado en Francia y África las músicas tradicionales africanas con músicos y bailarines de prestigiosos ballets nacionales:
Mohamed Bangoura (percusionista de los Grandes Ballets de Guinea), Vincent Harisdo (coreógrafo de Benín), Mav Mavoula, Dié Loussakamounou (Ballet Nacional de Congo-Brazzaville) y Hyacinthe Massamba (Les Tambours de Brazza). Percusionista de referencia en el sur oeste de Francia, Fred toca actualmente y graba con grupos como Bidaia, Yaninga, David Cairol y Baptiste Daleman.

Willy Muñoz (Teclados)
Músico canario, a los 21 años se traslada a San Sebastián a estudiar piano de jazz en Musikene, centro superior de música del País Vasco. En su trayectoria musical ha tocado en los principales
festivales de jazz de toda España, Francia, América del Sur y Marruecos con grupos como
Gabacho Connection, Charlie Moreno Band, Tana Santana Project, Flat & Bass y Mickey Pintxo. Actualmente es profesor de piano en el Conservatorio superior de jazz de Tenerife.

Eric Oxandaburru (Bajo)
Este ex-batería profesional se ha hecho en poco tiempo contrabajista de referencia en el País Vasco. Toca con el trio de jazz Even, con el saxofonista inglés
Ray Lazelle y con el grupo El Surfisto. Titulado de música en Francia, está estudiando contrabajo jazz con Gonzalo Tejada en Musikene.

Charley Rose (Saxophone)
Comenzó con varios grupos como cantante y saxofonista. Más tarde empezó su formación jazzística con
Jacky Berecochea en el quinteto New Orleans Dixie Five. Titulado en grado medio en jazz y clásico, también lo fue de saxofón en el Conservatorio superior Musikene, teniendo como profesor a Mikel Andueza. Toca en un grupo de jazz moderno-funk y con varios grupos de otros estilos como Los Wachisneis (jazz) o Tapetto Traci (experimental). En 2013 se gradúa en el Master de jazz del conservatorio de Amsterdam. Ha tocado también con músicos famosos del escenario holandés.

Vincent Thomas (Batería)
Licenciado de Musikene, el batería francés ha tocado con artistas importantes de jazz español como
Mikel Andueza, Gonzalo Tejada, Iñaki Salvador, Albert Sanz, Perico Sambeat… Ha girado también con el bluesman Nico Wayne Toussaint por Francia, España, Holanda, Italia, Bélgica, Túnez, Canadá y Nigeria, tocando en festivales de jazz y blues internacionales. Profesor de batería, ha grabado 20 discos. También toca con el saxofonista de flamenco-jazz Antonio Lizana.

Ermanno Panta (saxo, flauta, percusión, voz)
Versátil multinstrumentista que aborda estilos como el jazz, música italiana, brasileña, flamenco…

La fusión con la música negra… antes del jazz

Se dice, con razón, que Nueva Orleans –colonia francesa y española antes de ser norteamericana- fue la cuna del jazz, donde se fusionaron las músicas africana –conservada en parte por los antiguos esclavos- y europea. Allí el jazz tomó conciencia de ser un género propio, diferente, especial… La influencia española, el
spanish tinge, o matiz español, fue considerado por Jelly Roll Morton como esencial para que la nueva música funcionase como lo hacía. Y las habaneras y danzones de la cercana Cuba sazonaban esa “fusión”, cuando este término todavía no se utilizaba para intentar describir las mezclas musicales. Hay que añadir que las más complejas poliritmias de la música africana no se incorporaron plenamente al jazz hasta algunas décadas más tarde, y no en Nueva Orleans sino en Nueva York, cuando el jazz moderno de Dizzie Gillespie incorporó en 1947 los ritmos negros de la Cuba profunda, tal como salían de las manos del genial Chano Pozo y otros.

Pero mucho, mucho antes de esto, los ritmos sincopados del África subsahariana, traídos por mercenarios, eunucos, esclavos y esclavas negros, habían producido un mestizaje cultural y étnico que impregnó la música popular en amplias áreas circunmediterráneas, tanto en el Magreb como en la Península Ibérica. Dicha mercancía humana era muy apreciada por los beduinos, entre otros motivos porque enriquecía su música, bastante más simple. Y a la Península llegaron esos esclavos negros, tanto a las áreas reconquistadas por los cristianos -a menudo traídos por comerciantes judíos-, como a los dominios de los musulmanes, en al-Andalus. Hay presencia reconocida de esclavos negros en la Península desde la época del emirato, en el siglo IX, algunos de los cuales se hicieron famosos por ser músicos.

Si la arquitectura árabe nos ha dejado magníficos ejemplos repartidos por buena parte de la península, y en nuestras facciones se reconocen los rasgos de tantas razas y culturas no cabe sino pensar que, aunque de forma más oculta, en nuestra música late el pulso de los árabes y de sus esclavos negros, capturados desde Sudán hasta el África Occidental al menos desde los siglos VII y VIII.

Escucharemos el
guembri en este concierto de Gabacho Maroconnection. Es un instrumento de tres cuerdas que cumple la función de un bajo muy rítmico con papel de solista. Así nos llegarán los sonidos y los ritmos de la música gnawa, procedente de esclavos negros del África Occidental capturados para servir a los bereberes. Y escucharemos el n’goni, instrumento popular de cuerda de Mali, Senegal y Burkina Faso. Si dejamos volar la imaginación no estaremos tan lejos del sonido de los blues primitivos, llevado a Norteamérica por esclavos de la misma zona. ¡Hasta se han hecho con el guembri versiones de temas de Jimi Hendrix, siglos después, que parecen pensados para ese instrumento! Estos viajes de ida y vuelta, como los que se describen también para contar el mestizaje de la música española y latinoamericana, no hacen sino evidenciar que, en múltiples circunstancias históricas, la música ha sido capaz de establecer un diálogo fructífero entre muy diversas culturas.


Para saber más…
El ritmo perdido. Sobre el influjo negro en la canción española. Santiago Auserón. Ediciones Península. 2012.

Enlaces web
http://es.wikipedia.org/wiki/Gnawa
https://es.wikipedia.org/wiki/Festival_de_Gnaua_y_Músicas_del_Mundo_de_Esauira